Odio la palabra "fuerte". Suena mucho mejor, sin duda, "putrefacto". Pero mi carácter tampoco es así. Sin embargo, prefiero denominarlo putrefacto antes que fuerte. Cuánta maldad y cuánta mentira hay detrás de la supuesta fuerza. Y el claro ejemplo de esta mentira, soy yo.
De momento, dejo tontamente que traces mi rostro, mi cuerpo, con una pluma. Pero sin ignorar el hecho de que seguimos rodeados de paredes que fueron, y son, testigos de los gemidos de tus amantes. De los celos que guardo entre esas mantas húmedas. Teniendo la certeza de que volveré a caer una y otra vez. Porque no entiendo de fuerza de voluntad ni aún siendo consciente de su necesidad para mitigar el dolor.
Creo que voy a optar por seguir jugando. A ver quién desabrocha antes los botones de la ropa del otro...
Algún día me quebraré. Lo sé. Ya pasó más veces. Pero las ganas me pueden. Y sigo sin saber dónde está el límite entre el deseo y el sufrimiento. Quizás, seguramente, prefiera sufrir y cumplir mis caprichosos deseos que dejar de sentir punzadas en la boca del estómago y quedarme sin un bocado de ti.
No me atrevo a llamarlo vicio. Sí obsesión. No necesidad. Sí dependencia. ¿Estoy atravesando otra etapa de mono? ¿Acaso es que Lo no puede desengancharse de sus libidinosas drogas? No. Porque siguen siendo suyas. Pese a quien le pese. Aunque a ella misma le pese.
Así que hincaré sentimientos, rabias y remordimientos en una estaca lo suficientemente alta como para no alcanzarla en mucho tiempo. Y dejaré volar escupitajos, libertinajes y experiencias. Creo que me empalaré. Y volveré a dejar que juegues conmigo a tu antojo.
Perder el control...dejar que te arrastren a la deriva de una mente caprichosa...sabiendo el desenlace...estas a tiempo...todavía estás a tiempo...
ResponderEliminarEl mono de la droga perfecta...al alcance de casi todos...pellizcate!!! esto no es un sueño...es la vida real.
Un gran descubrimiento este blog!!
ResponderEliminar"Y volveré a dejar que juegues conmigo a tu antojo." No, no lo hagas. Saludos!
Espero que el pellizco no haya dolido mucho...hay pellizcos y pellizcos...
ResponderEliminarY cómo queda el cuerpo tras la experiencia? o mejor dicho...la mente?